No solo es una percepción, sino
una realidad que gana su peso en nuestro carácter. Los colores nos influyen
psicológica y fisiológicamente.
Los colores nos afectan psicológica y fisiológicamente.
Se le llama cromoterapia, y sus efectos alteran o consolidan nuestro estado de
ánimo, nuestra forma de comportarnos e incluso el estado de nuestro propio
cuerpo. Esto se debe al efecto que la luz y los colores tiene en nuestro
entorno, que provoca que asociemos uno u otro a un determinado estado.
Por ejemplo, normalmente
acostumbramos a asociar el color rojo al peligro o a lo prohibido, además de
provocarnos hambre, ya que es el color de la sangre y la carne. Otro valor
contrario, es el azul, que inhibe nuestro apetito ya que casi no existen
alimentos con este color. El verde nos relaja y significa que todo está en
calma, lo que nos permite relajarnos y disfrutar.
¿Por qué asociamos los colores a estos estados anímicos y corporales?
Tiene su origen en los estímulos que el ser humano ha ido desarrollando desde
hace miles de años. Además, se ha podido conocer, que el ser humano tiene
fotorreceptores en toda la extensión de la piel, recibiendo las ondas
electromagnéticas de la luz asociada a los colores, siendo capaces incluso de
afectar a nuestra temperatura corporal.
¿Esto que quiere decir? Quiere decir que un ambiente decorado con
colores fríos como azul, índigo, violeta y verde puede bajar nuestra
temperatura y uno con colores cálidos como rojo, naranja o amarillo, subirla.
El hogar. Esta explicación da pie a nuestro reportaje de la semana:
la decoración y la elección de colores en casa. Es básico seleccionar los
colores apropiados en todas las habitaciones, muebles, prendas y aparatos del
hogar, y sobre todo, saber coordinarlos, ya que la unión de éstos es la que
conforma el efecto cromático que buscamos.
En los próximos post, hablaremos
de la decoración en las diferentes estancias de la casa y su influencia en
nuestro estado de ánimo.