Suele ocurrir en casi todas las viviendas, y
supone un incordio. Cuando se atascan las puertas, es imprescindible localizar
el lugar que provoca el atasco y conocer la causa del problema.
A veces la puerta, ya sea la principal u otra que
de entrada a otras habitaciones, suelen estancarse por el suelo o por el marco.
En la mayoría de los casos, la opción adecuada es la de señalar con algún
instrumento la zona afectada, y hecho esto, rascar para rebajarlo.
El suelo.
Cuando es ahí donde existe el problema, deberíais revisar las bisagras, ya que
es frecuente notar como éstas han cedido con el peso. Cuando ocurre ésto,
podemos observar que la ranura superior es más ancha de lo normal.
Solución: Una de las posibles soluciones
son los ovalillos,
unas arandelas especiales que se venden en ferreterías. La causa también puede
ser que el suelo
esté hinchado, con lo que habrá que rebajar la puerta,
ya que la reparación del suelo sería más cara.
Dicho lo cual, sería interesante descubrir alguna
serie de trucos para desatascar la puerta: En el caso de que
se atasque en
el cerco, pasamos una tiza por el canto de la puerta y la
cerramos. Cuando la abramos, las partes del marco que rozan deberían estar marcadas
con la tiza.
- Si a pesar de todo, notamos que el roce continúa, cepillamos las zonas deformadas, tanto de la puerta como del cerco. Pasamos una lija fina antes de barnizar o pintar.
- En el supuesto de que la puerta roce con el suelo, pegaremos una hoja de papel de lija con unas tiras de cinta adhesiva. Para rebajarla, abrimos y cerramos la puerta varias veces.
- Cuando el suelo se ha hinchado, tendremos que cepillar el canto inferior de la puerta después de marcar la línea de corte con un "cutter".