Limpiar nuestra casa
habitualmente no es una tarea de buen gusto, más aún en un mundo
tan acelerado como el nuestro en el que vivimos a un ritmo frenético y en el que
nunca tenemos tiempo para nosotros mismos. Pero a pesar de ello, la limpieza
del hogar sigue siendo un asunto de primer orden, pues la acumulación de polvo
en el hogar puede ser, no solo molesto y sucio, sino peligroso para nuestra
salud.
La acumulación de ácaros del
polvo no son dañinos directamente, pero si que pueden producir reacciones
alérgicas, y además, el polvo concentra otras partículas como polen, cabello,
fibras y células de piel humana muerta. De este modo, aquí os comentamos
algunos consejos muy útiles para disponer de un hogar limpio y reluciente.
La ventilación. No es muy recomendable abrir con mucha frecuencia
las ventanas de la casa. Si es verano es comprensible que lo hagas más a
menudo, pero en la medida en que puedas evitarlo, hazlo, porque evitarás la
entrada de polen y otras partículas.
El aire acondicionado. Limpia los filtros de los aparatos
eléctricos de ventilación con periodicidad mensual. Es la única manera de que
no aglomeren polvo.
Las alfombras. Las alfombras son grandes acumuladoras de polvo. Si
puedes, cámbialas a menudo o quítalas. En caso contrario, trata de limpiarlas a
menudo.
Mobiliario. Trata de utilizar persianas baratas, que no atraigan el
polvo, y quita las cortinas pesadas. Las cortinas pueden almacenar una gran
cantidad de polvo. Siempre es mejor utilizar mobiliario que pueda ser
fácilmente limpiado con agua y que tenga la menor cantidad posible de objetos
con telas.
Limpieza general. Mantén tu casa limpia, frota los muebles con
trapos secos y utiliza productos químicos de calidad para desinfectar y acabar
con las partículas alamacenadas en el polvo. También es útil disponer de una
buena aspiradora, de mano o grande, que te permita repasar cortinas, alfombras
y demás.
Establece hábitos de trabajo y de
limpieza, y encontrarás la solución.