Pero antes de empezar a buscar, visualiza el espacio completo, piensa en las paredes y la iluminación antes de elegir un estilo para que cuando tengas el suelo no te lleves una decepción. No es solo el suelo, es el conjunto.
Comenzamos con las diferentes opciones:
- Cerámicas: Esta es la elección más habitual para vestir los suelos. Las características que favorecen la elección de este es su resistencia a la erosión y que necesita unos cuidados mínimos. Este sistema de suelo requiere una instalación muy compleja, necesita obras, aunque existen métodos para no necesitar la retirada del anterior suelo.
- Suelos de madera. Los suelos de maderas aportan una gran calidad y calidez a la estancia proporcionándole una sensación de amplitud. Dentro de las cualidades a destacar en este tipo de suelo se encuentra el aislamiento que proporciona una temperatura agradable durante todo el año.
- Tarimas flotantes: Este tipo se está convirtiendo en el estrella de la renovación de interiores por su costes, resistencia e instalación fácil y rápida. Como su nombre hace referencia, este tipo de suelo es flotante, es decir, se instala por encima del antiguo reduciendo costes y tiempo de instalación.Una de sus ventajas es la gran variedad de estilos además del resultado obtenido, una gran imitación a los suelos tradicionales de madera pero a un precio bastante menor.
- Vinilos: Es el sistema de montaje de los fácil, lo más fácil. Sus estilos imitan a todos los anteriores además de otros diseños posibles solo por esta técnica. El sistema es de fácil instalación gracias a que es autoadhesivo.Con una gran variedad de diseños y relieves, este sistema es un buen aislante térmico, resistente al rozamiento, fácil de limpiar e impide la formación de ácaros. Es una buena forma de darle un cambio a tu casa sin necesidad de grandes obras.
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