27 de mayo de 2013

Lijadoras, elígela según el trabajo

El uso de las lijas tiene una gran importancia para hacer que nuestro bricolaje tenga un acabado pulcro y profesional. Existen una gran variedad de lijas, dependiendo qué vas a lijar y para qué necesitas lijar.

Lijar es alisar, quitar impurezas,  pulir o limpiar algo con lija o papel de lija. Una de las características más importante a la hora de hablar de las lijas es el grano. El grano es el material  abrasivo con apariencia granulada con el que se trata la zona a lijar.


Se puede diferenciar entre dos tipos: grano abierto y grano cerrado. El grano abierto tiene una densidad de grano inferior en superficie, este tipo suele ser adecuada para maderas blandas y resinosas, pinturas, emplastes, yesos húmedos o masillas entre otros materiales. Además de esta diferencia, existen tres tipos diferentes dependiendo de la composición:

  • De óxido de aluminio o corindón: de grano redondo, sin aristas agudas, de alta durabilidad, apropiado para el lijado de materiales como el metal y la madera, o las paredes enlucidas.
  • De carburo de silicio: de grano delgado, anguloso, quebradizo y de poca vida. Se suele usar para vidrio, fundición gris, piedra, mármol, lacas, cerámica, titanio, goma, plásticos o fibra de vidrio entre otros materiales.
  • De corindón de circonio: de grano muy uniforme, muy tenaz y de alta duración, perfecto para lijar aceros inoxidables.
Otra característica que deberás tener en cuenta es la numeración de la lija. Este número indica el tamaño del grano teniendo una relación invertida, contra mayor sea el número, menor será el grano. Si el grano es grande, el lijado será más vasto, pero si el grano es pequeño, el resultado será más pulido.

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