Lijar es alisar, quitar impurezas, pulir o limpiar algo con lija o papel de lija. Una de las características más importante a la hora de hablar de las lijas es el grano. El grano es el material abrasivo con apariencia granulada con el que se trata la zona a lijar.
Se puede diferenciar entre dos tipos: grano abierto y grano cerrado. El grano abierto tiene una densidad de grano inferior en superficie, este tipo suele ser adecuada para maderas blandas y resinosas, pinturas, emplastes, yesos húmedos o masillas entre otros materiales. Además de esta diferencia, existen tres tipos diferentes dependiendo de la composición:
- De óxido de aluminio o corindón: de grano redondo, sin aristas agudas, de alta durabilidad, apropiado para el lijado de materiales como el metal y la madera, o las paredes enlucidas.
- De carburo de silicio: de grano delgado, anguloso, quebradizo y de poca vida. Se suele usar para vidrio, fundición gris, piedra, mármol, lacas, cerámica, titanio, goma, plásticos o fibra de vidrio entre otros materiales.
- De corindón de circonio: de grano muy uniforme, muy tenaz y de alta duración, perfecto para lijar aceros inoxidables.
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