Lo más importante a la hora de escoger un tipo de material, debemos tener en cuenta que hay tres aspectos fundamentales:
- Durabilidad
- Impermeabilidad
- Resistencia
Esto es primordial ya que el suelo estará expuesto a humo, grasa, aceite, y calor que generará un tremendo desgaste con el paso del tiempo. A partir de aquí, los diseños y materiales pueden ser muy diferentes y podremos elegir entre multitud de combinaciones.
- El pavimento cerámico. Se trata de un tipo de suelo muy higiénico y con gran impermeabilidad. Ya que es habitual limpiar la cocina diariamente con productos químicos, la capacidad de respuesta del material a la erosión será fundamental.
- El gres. Muy limpio y sugiere vaporosidad. Suele utilizarse en cocinas muy modernas.
- La piedra. Uno de los más usados, se utiliza en cocina tradicionales o de estética rústica y ofrece muchas ventajas. Pueden encontrarse de diferentes tipos de piedra: de granito, muy resistentes al calor y a la abrasión, de mármol, más brillantes, y también de pizarra, que son los más impermeables.
- El hormigón en cambio, es más común en edificaciones industriales, donde por motivos obvios se demanda más el pavimento fuerte y duradero, que un tipo de suelo más estético.
Explicados los diferentes materiales, lo único que te aconsejamos es que analices qué uso le das a tu cocina, con frecuencia y cuanta gente la usa, la temperatura a la que está expuesta y la humedad ambiental. Si sigues estos parámetros, estamos seguros de que acertarás plenamente.
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