Sea por cuestiones relativas a la
distribución espacial o bien por el sistema de construcción establecido, es
frecuente la acumulación de calor en el interior de nuestros hogares, a veces
incluso superior al que se genera en el exterior.
Por este motivo, desde La Muralla, nos preguntamos
¿cómo puedo evitar el sobrecalentamiento interior en verano? Bien, sin duda hay
métodos bastante efectivos para eliminar esa desagradable sensación. Hoy nos
gustaría explicaros el por qué de este sobrecalentamiento, y las medidas
lógicas para impedirlo.
El aislamiento de nuestro hogar. Se trata de la primera pieza del
puzzle. Es importante saber qué tipo de estructura forma nuestra vivienda. En
las edificaciones antiguas, las paredes y los techos suelen tener un grosor de
entre 50cm y un metro, por lo que esa cubierta evita la entrada de frío en
invierno y de calor en verano. Contar con un aislamiento térmico adecuado puede
suponer el ahorro de hasta un 50% de la energía.
Pendientes de la orientación del sol. En la época estival, la inclinación
de los rayos solares incide más sobre la base terrestre que en invierno. Esta
particularidad implica el necesario uso de toldos, persianas o cortinas durante
las horas de sol, para luego volver a abrirlas y dejar correr la brisa y el
aire fresco en las horas menos calurosas del día.
Ventilación como bote salvavidas. Quizás la manera más efectiva,
limpia y económica de eliminar el calentamiento interior y la sensación de
calor. La idea es la de hacer una ventilación cruzada, que consiste en la
apertura de ventas o puertas situadas en puntos opuestos de la casa. El aire
entrante podrá encontrar un trayecto de salida en ambos sentidos, y ese
movimiento creará una corriente que permitirá reducir la temperatura real y
percibida hasta en 2 y 3º.
Acudir a la tecnología. Si aún has sido incapaz de reducir esa
desagradable sensación de calor, siempre podrás recurrir a la instalación de
aparatos eléctricos de ventilación. En este punto, el de mayor rendimiento es
el ventilador de techo, y se debe a que el aire más caliente del interior de
las viviendas se queda en la parte superior de las habitaciones y además, su
coste no es muy alto. Sin embargo, el uso de aparatos de aire acondicionado, a
pesar de su enorme capacidad para crear microclimas, tiene ciertas desventajas
como su coste en instalación, mantenimiento y consumo, su emisión de dióxido de
carbono y el peligro de poder provocar ambientes excesivamente fríos.
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