De gran belleza y estilo, el
parquet es uno de los materiales más utilizados para interiorismo en la
arquitectura. Tanto para obras nuevas como para reformas de viviendas, este
tipo de suelo suele a parecer en las casas como un elemento decorativo
fundamental, que da personalidad, consistencia y armonía a la vivienda, ya que
es un material cálido y muy agradable.
Por eso, hoy vamos a daros unos
breves consejos y solventar algunas dudas frecuentes acerca del mantenimiento
del parquet.
Humedad. Es bastante probable que la humedad se convierta en
enemigo íntimo de tu parquet, y que provoque levantamientos, o que se comben y
pudran las tablillas. La mejor idea es la de evitar limpiarlo con demasiada
agua. Aplicar una pasada húmeda tendría que ser suficiente para limpiar el
polvo.
Más peligroso aún es que el
parquet se moje, pues puede provocar que se doblen las tablas del interior.
Para solucionar el problema, debes secarlo rápidamente. El papel de periódico o
el cartón son dos trucos para esta operación por su capacidad de absorción.
También puede utilizar un secador de pelo teniendo cuidado de no quemar el
suelo
Reformas. Exceptuando ininduaciones o incendios, los especialistas
en este tipo de suelos siempre han defendido su capacidad para regenerarse. Si
el suelo se hubiera combado, el método para recuperarlo sería puliéndolo y
barnizándolo (hasta en dos ocasiones).
Como limpiarlo. No es recomendable aplicarle agregados químicos ya
que suelen dañar el suelo, desgastándolo o erosionándolo. Una idea puede ser
reemplazar el recogedor por el aspirador para evitar que al limpiar el polvo,
este actué como una lija removiendo la capa de barniz. Cuando sea necesario
recoger solo polvo decídase por una mopa especial para parquet. Solo utilice
productos fabricados especialmente para la conservación de parquet
Sol y calor. Los rayos directos sobre el suelo de parquet producen
decoloración, es conveniente prevenir de la exposición corriendo las cortinas
en las horas del mediodía.
Lijar y barnizar. Hay tres tipos de parquet: la tarima, que dura
cerca de 25 años y necesita barnizado cada diez, la tarima puede resistir 12
años y permite el barnizado más frecuente, y por último, los encolados, que
pueden reemplazarse con tablillas siempre que no estén muy deteriorados.
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